El Poder de las palabras
¿Cómo ser parte de la solución y promover una sociedad de progreso y bienestar?
El Trust Barometer 2022 posicionó la desconfianza como la emoción normalizada en la actualidad en el mundo. Casi 6 de cada 10 personas afirman desconfiar de algo hasta ver pruebas de que es fiable.
Pareciera que este ciclo de desconfianza es alimentado por gobiernos y medios de comunicación. Al menos, esa es la percepción de uno de cada dos encuestados que ven al gobierno y a los medios como fuerzas divisorias en la sociedad (48% y 46% respectivamente).
Sin fe en la capacidad de que algunas instituciones proporcionen soluciones o liderazgo, los temores sociales son cada vez más agudos, el conflicto político y social sube decibeles en el discurso y en el desencuentro.
El Reporte Global de Riesgos 2022 del WEF considera la erosión de la cohesión social como el riesgo que ha empeorado más a nivel mundial desde el inicio de la crisis del COVID-19. Según el reporte la erosión de la cohesión social es una amenaza crítica para el mundo tanto a corto, mediano y a largo plazo y además, es visto como uno de los riesgos con mayor potencial perjudicial para los próximos 10 años.
Esta situación se convierte en un caldo de cultivo para que prosperen discursos y narrativas de ideologías divisionistas, donde se generan comunicaciones de “nosotros” versus “ellos”, marcando el inicio del fin de una sociedad próspera. Pareciera un gran desafío construir una sociedad que genere riqueza y desarrollo cuando el 64% siente que las personas han llegado a un punto en que es imposible tener un debate constructivo y civilizado sobre temas en los que no están de acuerdo (Trust Barometer 2022).
¿Por qué? Cuando la desconfianza es lo que impera, se pierde la capacidad de debatir, colaborar y construir juntos un futuro.
Panamá no está ajeno a este riesgo, en julio de este año, el país vivió semanas de protestas y bloqueos, donde grupos organizados y diversas asociaciones reclamaban medidas políticas y económicas de reducción de precios del combustible, medicinas y alimentos. Luego de diversas acciones se generó una mesa única de diálogo en la que el sector privado quedó excluido.
El sector privado tiene un rol clave en acabar el ciclo de la desconfianza
El Barómetro de confianza plantea que las expectativas frente al rol del sector empresarial son altas: 81% considera que los CEO´s deben tener un rol más visible cuando se discute sobre políticas públicas. Es hora de que el sector privado lidere en la ruptura del ciclo de desconfianza.
En el paper “el sector privado y su rol en el bienestar económico del país” queda en evidencia la amplia dimensión del sector y cómo impacta positivamente en la generación de empleo e ingreso familiar. Pero para superar el desafío de generar diálogos reales que incluyan todas las visiones de manera inclusiva y propositiva, que lleven a acuerdos balanceados y sostenibles, es necesario reconocer si realmente el sector privado está aportando y comunicando correctamente a un debate que logre cambios positivos o no.
¿Qué podemos hacer diferente desde el sector privado para reforzar narrativas que impulsen una sociedad próspera e inclusiva?

No se trata sólo de lo que se hace, sino cómo se hace y cómo se comunica. Es relevante aprender de las experiencias cercanas de tantos países en Latinoamérica, USA y Europa y no repetir los mismos errores. Aquí se dejan algunas recomendaciones al momento de tomar posiciones y comunicar:
Antes de tomar una posición podemos evaluar:
- Salir de posiciones 100% pragmáticas, somos seres humanos y conectar con la emocionalidad es conectar con la audiencia. Esto implica analizar con detenimiento a la audiencia a la que le hablamos, y no dar por sentado que la conocemos y no cambiará.
- Ser flexibles y repensar enfoques que nos permitan agregar valor e insertarnos en la construcción de la solución, antes de sólo oponernos y exigir espacios.
- No subestimar el poder de las ideas y discursos de grupos que se consideran populistas, extremistas o sin sustento. Analizar el por qué y hasta dónde calan es clave para construir la narrativa propia.
- Ser y demostrar coherencia entre lo que se comunica y sus acciones a lo interno y externo de cada empresa, gremio o institución.
- Reconocer y entender que el sector privado puede aportar en la construcción del país a través de su recurso humano profesional y capacitado, la experiencia para crear procesos robustos, entre otros aportes que hacen que su participación sea clave.
- Aceptar que para lo bueno y lo malo, somos parte de lo que hoy nos define como sociedad, y a partir de allí, poner la gran experiencia y conocimiento que se tiene, para la construcción del país que queremos a través de una visión empresarial que nutra políticas públicas con visión de largo plazo.
Al comunicar, podemos tomar en cuenta:
- Evitar narrativas extremistas, de todo o nada, eso impide encontrar puntos y soluciones en común.
- Evitar mensajes excluyente tipo “nosotros” vs “ustedes”, eso genera un distanciamiento automático en la audiencia general.
- Evitar llamados al desprecio, adjetivos que minimicen posiciones diferentes a las que se tenga.
- Mensajes claros, sencillos y digeribles para cualquier audiencia. Ser capaces de conectar y comunicar desde el “cómo eso afecta/impacta”.
- Buscar referentes, objetivos y valores en convergencia con los diversos grupos de la sociedad.
- Construir mensajes que conecten con la emocionalidad, no solo con la razón.
- Rescatar historias aspiracionales que muestren valores democráticos, de ética del trabajo.
- Buscar referentes en el deporte, en las artes, líderes en diversas áreas que demuestren el valor social y económico de la libertad, la empresa privada, el emprendimiento, la dignidad del trabajo y que aporten a un discurso propositivo y constructivo.
La coherencia y consistencia entre lo que se dice y hace es determinante, para lo cual debemos entender cómo conectar con la gente
Daniel Kahneman, Premio Nobel de Ciencias Económicas presenta claramente cómo funciona el cerebro al interpretar los mensajes. Hay dos sistemas: el lento y el rápido. El rápido es más fácil para nosotros, despierta emociones, se conecta con nuestras creencias, busca patrones y es muy bueno para la creatividad, pero nos hace saltar rápidamente a conclusiones equivocadas y con falta de criterio.
Mientras que el sistema lento, usa la lógica, genera reflexión y pensamiento crítico, pero requiere más esfuerzo y energía. Por eso, es más fácil y rápido reaccionar que responder de manera reflexiva.
También por eso, es que las personas conectan más rápidamente con una premisa extremista o divisionista al momento de apelar a emociones como, por ejemplo, el miedo en un contexto de conflicto social o político.
Si algo ha demostrado la historia pasada y reciente en el mundo, es que los discursos y mensajes basados en odio (independientemente sean de izquierda o derecha) no construyen sociedades prósperas que permitan el desarrollo. Y por lo expuesto en este artículo, son recibidos rápidamente en sociedades con desafíos sociales como la desigualdad, activando el sistema emocional (no tan racional). Nadie gana.
La invitación es a que, desde el sector empresarial, desde cada persona que desea un Panamá próspero que permita el desarrollo sostenible de todos tome consciencia del poder de su palabra y empiece a ser parte de una narrativa enfocada en lo posible y en generar espacio para todos. Construir un país, no es tarea solo del sector público.
¿Estás dispuesto a asumir tu rol y participar activa y propositivamente?
Fuentes:
- Trust Barometer 2022, The trust 10
- WEF, Reporte global de riesgos 2022
- Propósito Panamá, el sector privado y su rol en el bienestar económico del país
- CONEP, Conferencia Axel Kaiser Barent Von Hohenhagen, Regulación de precios y batalla cultural
- Nueva Sociedad, El populismo latinoamericano: entre la democratización y el autoritarismo
- Roverto Rave, La República Cuatro consejos contra el populismo
- Diálogo político, Estrategias contra el populismo